Unas de las coberturas más utilizadas de las pólizas de hogar es la de daños a consecuencia de la rotura de tuberías.  En 2017 se produjeron un total de 2,2 millones de estos percances con una frecuencia media entre ellos de 14 segundos [1], siendo su coste de más de 2 millones de euros diarios. Esta cobertura incluye la localización de la fuga, su arreglo, los daños ocasionados en la vivienda asegurada y los daños que se han provocado al perjudicado.

Puede ocurrir que tu vecino del piso inferior toque a tu puerta para informarte de que en su vivienda “está lloviendo”, por lo que has de actuar con premura. En estos casos, lo primero que debes hacer es cerrar la llave de paso para evitar incrementar los daños. Esta es una obligación que has de cumplir y que está contemplada en la Ley de Contrato de Seguro. Su incumplimiento podría acarrearte consecuencias. Después ya puedes avisar a tu mediador de seguros para que te gestione la incidencia de la rotura de tuberías.

En nuestra oficina, cuando recibimos una llamada por una rotura de tuberías, la prontitud en la atención es fundamental. No podemos dejar a nuestro asegurado sin agua en su vivienda por un tiempo de 24 a 48 horas que es el tiempo de respuesta habitual en un siniestro de hogar. En este caso solicitamos un servicio urgente, indicando que está cerrada la llave de paso pues el agua caía en la vivienda inferior. De esta forma, el plazo de atención se reduce a tres horas. Dentro de este tiempo, el reparador contactará con nuestro asegurado y con el perjudicado (por lo que importante facilitar sus datos) y procederá a reparar la fuga. El resto de los arreglos de los daños se hará en posteriores servicios, debiendo transcurrir el tiempo adecuado para que se sequen las humedades y poder así terminar con las reparaciones.

 

[1]Fuente: Elaboración de Estamos Seguros con datos de ICEA.