Un corredor de seguro es el representante de los clientes frente a las entidades aseguradoras. Actúa con total independencia frente a ellas para conseguir las mejores condiciones en los seguros y tramitar los siniestros que puedan ocurrir. El corredor de seguros está obligado a poseer una titulación previa para poder ejercer. Además, antes de comenzar su actividad, ha de obtener autorización de la Administración, quien vigila que cumpla con la normativa legal correspondiente. Dentro de esta normativa está la inclusión en un registro administrativo, la contratación de un seguro que cubra los posibles errores profesionales y un aval que garantice las cantidades entregadas por los clientes.